Una estancia pequeña, cerrada, parecía fuera de lugar, escondida en lo más hondo del Archivo (biblioteca antigua). Había una butaca muy acolchada, una gran mesa de madera y un par de puertas que conducían a otros cuartos. Había libros por todas partes, desbordándose en toda clase de estanterías. Los había apilados en el suelo, desparramados por mesitas y amontonados en las sillas. Me sorprendieron unas cortinas corridas en una de las paredes aunque estábamos bajo tierra, no entraba ninguna luz por ellas. La habitación estaba iluminada con lámparas y velas, candelas largas y delgadas y gruesos tacos de cera goteantes. También había títeres. Colgaban las marionetas de los estantes y de unos ganchos que había en las paredes. Se amontonaban desmadejados en los rincones y bajo las sillas. Algunos estaban inacabados, o los estaban reparando, y yacían esparcidos entre herramientas por el tablero de la mesa. Títere se quitó la túnica oscura y la dejó caer descuidadamente al suelo. Bajo la túnica llevaba ropa sencilla: una camisa blanca arrugada, pantalones oscuros arrugados y calcetines desparejados y con los talones zurcidos. Me fijé en que era mayor de lo que había imaginado. Tenía el cutis liso y sin arrugas, pero empezaba a escasearle el pelo, completamente blanco., Oil Painting
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